DIARIO DE VIDA DE UNA CURSILLISTA

Una LUZ en las tinieblas de una vida y una familia:Cursillo de Cristiandad

Betania, 18 de Octubre de 2008

Editorial

En esta Editorial no relataré uno por uno y orden cronológico los hechos del día….

En esta simple carta trataré de plasmar uno por uno los hechos que le han sucedido a mi vida en estos días, para compartirlos humildemente con ustedes…

Ayer, gocé trabajando con las hermanas que Dios me dio: “Las Verónicas “.


“Padre, has que como ella, sepamos siempre ser un paño dispuesto para secar el rostro cansado del Cristo que sufre hoy…”


Ayer, me divertí con los trabajos, dibujos y bromas de todas ustedes


“Padre, como puedo llamarte Padre…. Si en cada una de ellas no veo a una hermana… Agranda mi pobre corazón, para amarlas a todas y a cada una, con sus pobrezas y sus riquezas, con sus historias y sus proyectos… que también son los míos. “


Ayer, me emocioné con el rezo del Santo Rosario


“Padre… ¡Gracias¡ Gracias por la Madre Espiritual que me diste, por la Madre que me diste aquí en la tierra, y gracias por el sacrificio físico de mis hermanas, que cuando rezaron de rodillas, por la más necesitada, rezaban por mí. Y cuando rezaban de rodillas y en cruz, por la que se creía la menos necesitada… esa… esa también era yo.”


Ayer, me enriquecí en la espera de la Confesión, porque en esa espera conocí a varias hermanas y compartimos con ellas pequeños trozas de nuestras vidas.


“Padre, bendice a cada una de las hermanas, con las que ayer, en el silencio de la noche, me hice más hermana.

Bendice también a aquellas con las cuales aún no he conversado, pero que ya conozco sus rostros.

Y bendice a todos los hermanos, con los que no conversaré, ni veré sus rostros, pero que todos éstos días han estado orando por mí…”


Ayer, me llamaste por mi nombre… a un encuentro profundo y sincero.

Después de mucho tiempo me rescataste…

Andaba lejos, por caminos perdidos… y apenas decidí tomar el camino de regreso a casa, al igual que el hijo pródigo… ¡te vi, Padre! … Parado a la puerta, esperando por mí.

Me has puesto el mejor vestido. Has puesto tu anillo en mi dedo y has hecho una fiesta para mí…


“Padre, ¿Cómo agradecer la inmensidad de tu Amor…? ¿Cómo agradecer la capa generosa de tu Misericordia, que has extendido sobre mis hombros tan cansados?

Mi campo era hasta ahora, sólo tierra seca, y tú que eres Agua Viva lo has regado…

¡ Mira como ya empieza a florecer … ¡

¿Cómo agradecer la entrega generosa de tus Sacerdotes? Benditos intermediarios entre tu y yo…

Bendícelos Jesús y multiplícalos, al igual que hiciste con los panes y los peces, para que no sea sólo yo quien reciba tu alimento, sino todos los hambrientos de esta tierra…


Anoche, me dormí… con el cuerpo cansado, el corazón contento y el alma en Paz.


“ Padre, mi espíritu es animoso, pero mi carne es tan débil …

Sostenme, Fortaléceme, Auxiliame y Protégeme


Hoy, desperté feliz y apurada. Sabía desde ayer, que hoy tendrías una mesa dispuesta para mí… La fiesta de bienvenida… La Comunión.


“Señor, ¡Gracias ¡ Por ser el Buen Pastor que salió a buscar a la oveja perdida hasta encontrarla. Ayúdame a ser una oveja dócil, que de ahora en adelante sólo sepa seguir el Camino que tú me has señalado.

¡Gracias ¡ Por ofrecer tu Santo Cuerpo y tu Santa Sangre, por el perdón de mis pecados.

¿Valdrá mi alma tan pequeña, que pagues un precio tal alto?

Señor, no logro ni siquiera imaginar la infinita inmensidad del Amor que me tienes.

Y como el Amor solo con amor se paga,… tratare a amarte cada día más, pero sobre todo… de amarte mejor.


Hoy, he vuelto a experimentar la sensación de que sólo soy de barro…. Me falto Amor para hablarle a una de mis hermanas… Me falta tolerancia Señor, me falta Paciencia… Sólo soy de barro.


“Señor, ven y recoge de nuevo este barro en tus manos. Moldéalo con tu mano derecha y si es necesario también con tu mano izquierda. Ten piedad de mí, y forma otra vez un vaso sencillo y bueno, donde puedas depositarte como Agua Viva, para que beban todos los que tiene sed…”


Hoy, he recibido el rollo Sacramentos… y he navegado mar adentro en las aguas de mi Matrimonio.

Tú sabes todo Señor. Nuestro comienzo y nuestra historia. Nuestros logros y fracasos.

Los baches del camino no me han dejado disfrutar el viaje y hasta había olvidado mis promesas de aquel primer día frente al altar…

Hoy, evoco la figura de mi Esposo.

Recuerdo todo lo bueno que me hizo enamorarme de el.

Recuerdo lo no tan bueno, que he descubierto en estos años.


“Señor, enséñame a amar a mi Esposo… todas las horas, todos los días y en todas las circunstancias.

Haz que nuestro Amor sea total y para siempre. Fiel y fecundo.

¡Gracias!... Por el regalo maravilloso de las hijitas.

Has que junto a ellas, mi esposo y yo, hagamos de nuestro hogar una pequeña y sagrada familia, un humilde Belén…

Te doy gracias, porque me has rescatado del naufragio y me has enviado como tabla de salvación, Tu Cruz.

Yo que estaba lista para abandonarla…. Hoy la abrazo mas fuerte que nunca, la levanto en alto, vuelvo a sonreír y puedo gritarle al mundo :





¡Cristo y yo, Mayoría Absoluta!






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