LOS CANDIDATOS PARA EL CURSILLO

Buscando el camino a la felicidad
PATROCINANDO CANDIDATOS PARA EL CURSILLO
Apadrinar/Patrocinar candidatos es uno de los aspectos principales del Precursillo, el
factor más importante que contribuye al éxito del Cursillo, y evidentemente a la misión
evangelizadora de la Iglesia Católica mediante el MCC. Sin embargo, debido a la
limitación de espacio en el Envío Nacional, este artículo servirá simplemente como un
resumen de los puntos culminantes sobre los procedimientos para Patrocinar en la fase de
Precursillo. Para detalles útiles en la Estrategia del Precursillo, la búsqueda y la
preparación de candidatos, los patrocinadores y los dirigentes de Cursillo deben consultar
la literatura de Cursillo que se relaciona con los mismos (ej. Ideas Fundamentales, el
Manual de Dirigentes, Vertebración de Ideas, Echad Vuestras Redes, ¿A Quién Enviaré?
etc…) La Escuela de Dirigentes deberá hacer disponible el Taller para Padrinaje a los
patrocinadores y a los miembros del equipo del Cursillo como parte de la selección y la
preparación de los candidatos.
Importancia del Precursillo
Nuestras Ideas Fundamentales (IF) afirman que los tres tiempos de nuestro Movimiento
de Cursillo “están de tal modo unidos, que forman un todo…” “El funcionamiento
inadecuado de uno de los tres tiempos tiene sus consecuencias directas en los otros dos,
y por ende, en el desarrollo de todo el MCC” (IF # 201).
Las Ideas Fundamentales del Movimiento de Cursillo establecen que, en la etapa de
Precursillo, nuestro Movimiento inicia el proceso de evangelización el cual debe ser
completado para alcanzar la Finalidad pretendida. El Precursillo se compone de los
siguientes pasos: (a) buscar, seleccionar y preparar candidatos potenciales para el
Cursillo; (b) preparar cuidadosamente el Cursillo coordinando todo lo espiritual, los
elementos personales y materiales implicados; (c) hacer los planes para acompañar los
nuevos Cursillistas en el Poscursillo para ayudarlos a madurar en su fe, a profundizar en
su compromiso cristiano mediante su Reunión de Grupo y Ultreya, y a que tomen su
lugar apostólico en el mundo. Eduardo Bonnín, nuestro padre fundador, siempre enfocó
a la persona, no al ambiente. El continuamente nos recordaba sobre la importancia de la
conversión personal y la de los otros, y así, consecuentemente, los ambientes serán
automáticamente y naturalmente transformados.
Juan Capó Bosch usó la siguiente anécdota para ilustrar la urgencia de primero
“transformar a los miembros individuales para después situarlos para que en el uso sabio
y diligente de sus talentos, ellos a sí mismo se apliquen efectivamente para la
transformación de su mundo. Todo esto es conocido en Cursillos como Vertebración
cristiana del Ambiente, o en otras palabras, situar vértebras cristianas en el ambiente. Un
chico que viajaba con su padre en un compartimiento del tren, siguió haciendo sus
preguntas a su padre acerca de muchas cosas. De este modo él esperaba hacer a su padre
olvidar sobre su fracaso en el curso de geografía a fines de su último término escolar. En
lugar, su padre estaba muy molesto ya que el niño no le permitía leer pacíficamente su
periódico. Repentinamente, el padre vio un anuncio de toda una página que contenía un

mapa del mundo. Él lo rompió en pedazos pequeños de varios tamaños y desafió a su
hijo para ponerlos junto otra vez con la promesa de una recompensa monetaria. El padre
creyó que entonces tendría por lo menos un cuarto de hora para leer su periódico sin
interrupción. Desafortunadamente, el niño completó exitosamente el rompe-cabezas en
poco más de un minuto. Ante el asombro del padre, que no llegaba a comprender cómo
había podido en tan poco tiempo rehacer un mapa quien había fracasado en geografía, le
reveló el secreto, sonrientemente el muchacho: “No rehice el mapa, papá, lo que pasa es
que en el reverso hay un anuncio de sastrería con la figura de un hombre. El chico dijo, “fue mucho más fácil rehacer el hombre y con ello conseguir rehacer el mundo.”

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