LA ESENCIA DE CURSILLOS: POR JUAN RUIZ, PRESIDENTE MUNDIAL DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD

Valparaiso, cosmopolita y unico....como Cursillo de Cristiandad: Una sola esencia, y universal

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El título de “fieles laicos”, (Crhistifideles Laici) es, hacer, el honor de esta verdad: Cursillos de Cristiandad es un Movimiento eclesial seglar.

Desde el laicado, en los años 40, tras un estudio profundo de los
ambientes, se originó la Esencia y Finalidad de los Cursillos y la
base de la Metodología.

Se hizo llegar la “idea” a los “ordenados” y éstos la bendijeron hasta con las dos manos. Hubo concordia amorosa, comunión, entre clero y laicos.

Cursillos surge del laicado para llevar la Buena nueva, concretamente, a los ambientes en que cada uno vive.

Cursillos nace, no como una respuesta de la iglesia al mundo, sino
como una manera de comunicar al hombre que Dios le ama. Fueron pensados, estructurados y rezados no para evangelizar el mundo, sino al hombre.

Los Cursillos surgen para fomentar hambre de Dios en el mundo y en el marco donde crece y se desarrolla corrientemente lo cristiano.

La finalidad que buscó la “idea” Cursillos no fue para hacer cosas,
asistir a actos, hacer que asistan a actos, sino para que creciéndose y desarrollándose donde Dios le ha plantado, con fe, con esperanza y con caridad, hecha vida por su conexión con Cristo, puedan ser manantial inagotable de sentido, emisores de autenticidad, e impulsores de energía y alegría evangélica en la familia, en el trabajo y en la diversión.

“El método de Cursillos quiere contribuir a cambiar en sentido
cristiano los ambientes donde las personas viven y actúan, mediante la inserción de hombres nuevos que han llegado a serlo gracias a su encuentro con Cristo...” (Juan Pablo II) . Permaneciendo cada cual en el estado en que fue llamado, (1 Cor 7, 24) porque a nadie hay que sacarle de su costumbre de atender a la familia, al trabajo, al ocio, sino convertir su forma de atender, haciendo de la gracia un modo de orientarse.

Los Cursillos, como todo lo humano, no son perfectos, pero la
confusión y los líos empiezan cuando, sin una idea cabal de por qué fueron pensados, se pretende llevar la generosidad que, por la gracia de Dios, suscitan, a lo que a cada uno le parece lo mejor.

En Cursillos se afirma una línea seglar porque la estrategia se centra en la persona y los ambientes, antes que en las estructuras.

El apostolado cuyo desarrollo se orienta más específicamente en las estructuras intra parroquiales, ya existía con anterioridad y sigue teniendo vida. Un apostolado, sin duda, excepcional y extraordinario, que se lleva a cabo mediante su pastoral. Un apostolado que, sin duda, es muy bueno y eficaz para los “obreros” que fueron llamados a la viña desde la primera hora, pero que no resulte que cuadre en la entrega apasionada de un recién convertido. Porque la estructura parroquial se muestra a la vez demasiado estrecha y demasiado basta para satisfacer las necesidades de la pastoral y de la formación del conjunto de los fieles. La parroquia u otras estructuras de iglesia, no parecen ser la plataforma más adecuada y menos aún la exclusiva para llegar a ciertos sectores, especialmente a los más alejados, y fermentarlos en cristiano.

Cursillos dirige el enfoque, no de forma exclusiva, aunque sí
especialmente, a los alejados, que no participan en los actos
parroquiales o asisten a los mismos de forma rutinaria, sin que les
duela el no participar en ellos. Si bien es más cierto que, cuando la
parroquia precise una colaboración puntual, siempre estará prestada con sencillez, sin invadir campos ni asumir roles que pertenecen a otras parcelas.

Eduardo Bonnín siempre destacó de forma contundente, clara y concreta que Cursillos es un Movimiento de iniciativa seglar, en el que los sacerdotes colaboran con su papel fundamental. Que Cursillos solo puede tener perseverancia y crecimiento “mediante el ensamblaje perfecto entre seglares y sacerdotes”.

El Cursillo, hoy más que nunca, tiene que estar firmemente asentado en la fe que vive en unión estrecha, cordial y amistosa con todos, seglares y sacerdotes,… sin “mandonismo” ninguno de nadie, con santo real miedo, con asombro continuado y con la sobrenatural naturalidad, no de creer saber, sino de saber creer. Es evidente que el Movimiento de Cursillos, puede llevar la Buena Nueva a los lugares más alejados y ajenos al radio de acción normal de los ordenados.

Cursillos, como Movimiento eclesial seglar se hace realidad en la
persona que vive el Bautismo, anunciando la Buena Nueva del Evangelio, el Amor de Dios, mediante testimonio en los lugares que recorre el metro cuadrado en el que está enclavado de los ambientes en que habita: la casa, el trabajo, los lugares de ocio. Pero siempre en unión íntima con los sacerdotes Oremos juntos, sacerdotes y seglares, para que, en el metro cuadrado
de nuestro alrededor, en los sitios de cualquier ambiente en el que
nos encontremos, al encontrarnos con cualquier hermano, derrochemos Amor (Lc 10. 25-29 y Mc 12, 31) con espíritu samaritano (Lc 10.. 30-37)

Porque Iglesia somos todos. No somos Iglesia, o más Iglesia, porque se ocupe un puesto o un cargo o una misión más o menos cualificada o importante.

No. Somos Iglesia porque estamos bautizados y confirmados en la Fe en Jesucristo.

Como siempre, nos despedimos rogándole a Nuestro Señor que nos mantenga unidos en su amor y amistad.


De Colores,

Juan Ruiz
Presidente - OMCC

(Colaboración del Hno Carlos Hugo Aravena, de Laja)

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